Cuatro jóvenes diseñadores revaloran las expresiones culturales del Perú, a través de juguetes de colección o art toys que son un éxito en las redes sociales.
Por Gunther Félix
Tiene la forma de un tamal –de allí deviene su nombre- y está enamorado de la diversidad cultural del Perú. Es por eso que visten sus singulares cuerpos de resina sólida o cerámica con trajes típicos y símbolos culturales del país.
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Y es que Tama -el atamalado personaje que describimos en el párrafo anterior- no solo es un figura de colección o art toys (en inglés suena más bonito) sino, también, un peregrino que recolecta las historias y los símbolos que inspiran a sus creadores, los jóvenes de la marca Origen Peregrino.
Su espíritu de andariego empedernido, le ha permitido ganarse un lugar en la comunidad peruana de los art toys. Además, sus diferentes representaciones -chalán, ayacuchano y shipibo conibo- han convertido a los tamas en un éxito en las redes sociales.
Origen de un peregrino
“La idea era crear un personaje neutro que personalizara cada cultura del Perú. Queríamos tener la flexibilidad de contar las historias de distintos lugares”, recuerda Gonzalo Espinoza (31), uno de los cuatro creadores de Tama.
Después de muchas conversaciones y una que otra riña, los socios tuvieron que elegir entre un maní o un tamal. Al final se decidieron por el más caricaturesco: el personaje tendría cierto parecido con ese potaje infaltable y sabroso de los desayunos domingueros.
Es así que Gonzalo junto a sus tres socios: Diego Lau (27), Aldo Estrada (35) y Hugo Kurodi (32), bautizarían al naciente peregrino como Tama.
“Buscamos que la gente se identificara con cada Tama y, de paso, se animara a viajar por el Perú. En cierto modo, el personaje viaja por ti”, explica la propuesta de Origen Peregrino, un proyecto desarrollado por Tag Estudio Gráfico, donde trabajan los cuatro diseñadores industriales desde hace seis años.
Con ese concepto y bajo el lema “conocer el Perú es llevarlo siempre grabado en uno mismo”, los tamas ‘mochilean’ por costa, sierra y selva desde 2015.
Entre los tamas más buscados está el chalán, que representa la elegancia de los jinetes costeros, y el ayacuchano, que le rinde tributo a los famosos retablos elaborados por los artesanos de esa región.
Antonio Oré, un maestro nacido en el pueblo de Quinua (Ayacucho), es quien le da vida al Tama ayacuchano en su taller en Lurín (Lima). Sus manos tiene el don de convertir en oro (artístico) todo lo que diseña en el torso del juguete de colección.
Nuevos tamas en setiembre
Hay otros modelos de Tama: el shipibo-conibo, el de la cultura nasca, el del dios moche Ai Apaec y hasta del Señor de Sipán. También existen otras piezas como máscaras con imágenes del torito de pucará y de la danza de la diablada, ambas de inspiración puneña.
Pero no solo estos personajes andariegos se exhiben en galerías de arte como Índigo (San Isidro). Hay más. Por ejemplo, Diego Lau Toyosato, nikkei y talentoso diseñador, muestra muñecos de Lego que representan personajes de la cultura peruana. También hay una colección de figuritas que fueron el preámbulo para el proyecto Origen Peregrino.
“Lego es un juguete con el que todos nos hemos divertido alguna vez”, rememora su infancia antes de mostrarnos las minifiguritas de un danzante de tijeras, Ai Apaec y el Señor de Sipán.
Sin embargo, lo mejor vendría en setiembre, mes en el que presentarán una colección en homenaje a los danzantes de tijera (tamas, máscaras, cuadros, y objetos utilitarios) que compartirán espacio con Brupo, el primo colombiano de Tama. Esta figura se basa en el poporo Quimbaya, una estatuilla precolombina del país del norte.
Así que ya lo sabe, cada vez que vea un Tama tendrá ganas de viajar por el Perú. Sin duda un lindo juguete para tener en casa.
El dato
* Vea la colección permanente de los tamas o adquirir uno de ellos en la galería Índigo, avenida El Bosque 260, San Isidro.
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