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Eulogio Medina, un maestro del mate burilado

Conozca la historia de Medina, el maestro del burilado que conserva la tradición por tres generaciones. Foto: Nicolás Castro

Para ser peruano no se necesita sudar la rojiblanca ni defender a quemarropa nuestro apreciado pisco. La mejor forma de manifestar ese sentimiento es revalorando nuestra  identidad cultural. Eulogio Medina es un ejemplo de ello. Él lleva más de siete décadas retratando la vida del campo a través de los mates burilados. Esta es su historia.

Coge el buril como si estuviera a punto de realizar una operación quirúrgica y lo forja con tal precisión que parece imitar a un escultor renacentista. De pronto, como por arte de magia, las finas incisiones ejercidas sobre la piel seca de la calabaza o mate van narrando la vida del hombre del campo. Desde la preparación de la pachamanca hasta la festividad del Santiago. Ninguna costumbre queda fuera, ninguna.

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“Toda la biografía del Valle del Mantaro están en los mates burilados”, nos dice finalmente el huancaíno Eulogio Medina Zanabria, de 75 recorridos años, sin dejar de mover su mano derecha que poco a poco colorea,  mediante la técnica del quemado o huanca, el mate de calabaza que buriló en un principio.  

La técnica del quemado se usa para colorear y consiste en soplar de más a menos. Foto: Gunther Félix

Medina, como prefiere que le llamen, es un hombre de perfil bajo que pertenece a la tercera generación de una familia de artesanos dedicados plenamente a la creación de mates burilados: una de las expresiones artísticas más icónicas de Junín.

Libro redondo

Desde su humilde taller en Cochas Chico, distrito de El Tambo, a veinte minutos  de la Ciudad Incontrastable (Huancayo), el veterano del buril nos convence de que no estamos en un pueblo cualquiera del Valle del Mantaro. Aquí, las familias practican desde hace más de un siglo el arte de retratar la cosmovisión andina y las vivencias en el campo sobre pequeños objetos que algunas veces fueron llamados, con justicia, “libros redondos”.

Medina -recuerde que así debe llamarlo cuando lo visite- nos explica  que el mate es simplemente la cáscara o corteza de la calabaza, un producto que abunda en el norte del Perú. Varias de estas muestras se exhiben en un estante que tiene varias secciones de mates. Lo hay en varias formas y colores. Por ejemplo los de Chiclayo y Trujillo son alargados. Los de más al norte, Piura, son enormes. Y los de Huánuco, pues… digamos que únicos.

Pero ¿en qué consiste realmente el mate burilado? El burilado es un proceso ancestral en el cual se cuentan historias. Para pintarlos, se emplea la técnica del pirograbado o quemado que consiste en delinear dibujos para luego sombrearlos, usando un tronquito de quinual encendido. “Hay que hacerlo con mucha dedicación y paciencia”, aconseja, mientras va soplando de más a menos. Un intento fallido, arruinaría la obra de arte.

De varios colores y formas. Cada mate burilado retrata la imaginación del artesano. Foto: Gunther Félix

De utilitarios a piezas de arte

Aunque no siempre fue así. Antes que los mates burilados adornaran las salas de la casa y fuesen exhibidos en importantes mercados internacionales, eran de uso utilitario. “Eran utilizados como recipiente para llevar la chicha de jora o para servir la comida”, nos instruye Medina cual profesor de historia.

Con el tiempo y de purita casualidad, alguien acercó un mate al fuego y esta tomó un singular color negro. Entonces, las generaciones que vendrían después empezaron a experimentar y agregar varias técnicas al proceso de burilado hasta quedar como ahora la conocemos.  

-¿Y cómo aprendió a burilar?
– Por mi padre. Desde pequeño, desde siempre.    

Y no exagera el hombre de los mates burilados. Él empezó a tallar sobre las pieles secas de las calabazas desde que tenía cinco años. Antes de aprender a leer o escribir, el maestro huancaíno ya perfeccionaba sus trazos con el buril. Hoy esa dedicación imparable de más de 70 años lo muestra orgulloso en tu taller que cual museo de historia, recibe a decenas de turistas, entre nacionales y extranjeros, cada día.

En otro proceso, se unta manteca al mate y se echa ichu quemado. El resultado es un mate burilado en alto relieve. Foto: Nicolás Castro

Cada sala de este recinto está llena de ellos (mates). En estantes están las que se ofertan al público; en vitrinas, las que solo se exhiben como parte de su vasta colección artística. La lista es incalculable hasta para el propio Medina que ya ha perdido la cuenta.

Un mate de todas las sangres

De todos los recortes periodísticos y fotográficos que cuelgan de la pared del taller Artesanía Medina, un retrato llama la atención. Se trata de una fotografía del año 1960. En ella se observa a varios maestros del Valle del Mantaro sosteniendo entre sus manos los mates burilados. Tres personajes llaman la atención: un señor gordito (Viterbo Medina, sí el papá), una mujer pequeña (Catalina Zanabria, la mamá) y un hombre bigotón (nada menos que José María Arguedas).

Eso no lo cuenta Eulogio. Lo revela Guillermina Salomé, su fiel compañera de toda la vida. El escritor peruano de la novela “Todas las sangres” le había dicho a su padre que su familia no debía perder esa tradición, que en el mate se ilustraban toda la tradición wanka. Y eso lo oyó decir don Eulogio, y se lo grabó.

Retrato de Jose María Arguedas en Cochas Chico. Foto: Ministerio de Cultura

En la actualidad el veterano del burilado sigue creando desde su taller en Cochas Chico. Ya no exporta en masa, pero tiene mucho trabajo que hacer porque es temporada de fiestas. La sierra y selva peruana celebra al ritmo del Santiago

Ahora el único objetivo que tiene es burilar buenos artesanos con el fin de que no se pierda esta tradición andina. “Me gusta trabajar con niños huérfanos. Este es un centro gratuito donde pueden aprender a hacer arte”, suspira. Lo ha decidido así y así será. En honor a nuestra peruanidad.   

El Dato

Su trabajo más importante lo hizo en un mate piurano de 30 centímetros. Ese proyecto lo dedicó a la Oroya, retratando todo la realidad de una de las ciudades más contaminadas del Sudamérica.

En Rumbo

Si quiere adquirir un mate burilado de Eulogio Medina puede ir a Inca Plaza Miraflores (Lima), ubicado en la avenida Petit Touars N° 5330, tienda 215. Su taller se encuentra a 20 minutos de Huancayo, en Cochas Chico. En la avenida Huancayo N° 395.

Mate Burilado en alto relieve. Por lo general, los mates retratan la vida del campo. Foto: Gunther Félix

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