El arqueólogo peruano Walter Alva confirmó que las piezas de oro y plata descubiertas en Cutervo durante la Semana Santa, son genuinos y forman parte de un ajuar funerario precolombino.
Encontraron el tesoro por pura suerte. Alrededor de 92 piezas de oro y plata enterradas en las faldas del cerro Ilucán de Cutervo (Cajamarca). Pero el milagrito de Semana Santa no solo iluminó al grupo de cajamarquinos hacia este sorprendente hallazgo, también les ayudó a reflexiónar para entregarlo al municipio cutervino con la esperanza que se construya un Museo de Sitio. La intención es generar más turismo a esta localidad.
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Esa es la voluntad de los ciudadanos Salomón Tarrillo y los hermanos Misael y José Llanos Flores, quienes decidieron guardar las joyas preincas y, luego, dárselas a la autoridad de su localidad con el fin de que se concrete la construcción de un remanso cultural que promueva el desarrollo y las visitas a este rincón de Cajamarca.
Pero hasta que ese sueño emprendedor se haga realidad, los arqueólogos deben seguir estudiando e investigando el tesoro encontrado. Uno de ellos es Walter Alva, el descubridor del Señor de Sipán (Lambayeque), quien tras oír la inesperada noticia viajó el pasado fin de semana a la provincia de Cutervo, para determinar el origen de aquella fortuna precolombina encontrada por casualidad o intervención divina.
Ayer por la mañana, Alva confirmaría a Radio Programas del Perú que las piezas son genuinas y habrían sido parte del ajuar funerario de un niño de la nobleza de una cultura regional.
“Los objetos son originales, de gran calidad artística y están muy bien conservados. Después del reconocimiento que hagamos, informaremos al Ministerio de Cultura para ver qué acciones inmediatas se pueden tomar”, sostuvo el arqueólogo peruano.
Alva también saludó la buena voluntad de los cajamarquinos que descubrieron los objetos. “Ellos entregaron a la Municipalidad de Cutervo un conjunto de unos 100 objetos metálicos, entre piezas de plata y oro”, dijo.
Los objetos hallados serían parte de un ajuar funerario de una cultura regional del Horizonte Medio, una época de “mucho intercambio con algunos elementos de la cultura wari, cajamarca y algo también de la cultura mochica”. Lo más probable -enfatizó el especialista- es que las piezas fueran parte del “entierro de un niño de la nobleza, pero también de un conjunto de ofrendas al apu tutelar«. Sea cual fuese el resultado, esperemos que este hallazgo arqueológico pueda contribuir a la edificación de un museo digno para Cutervo.
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