En el marco de la gran festividad mexicana del Día de Muertos, que tiene como día central el 1 y 2 de noviembre, recientemente la Embajada de México en Perú exhibió un altar propio de esta tradición en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia Del Perú de Pueblo Libre.
Por: Milagros Milián
El Altar del Bicentenario
La exhibición de este altar va hasta el 7 de noviembre y de un armado de siete pisos, lleno de iconografía mexicana referente al Día de Muertos, y que rinde especial homenaje a las heroínas y héroes que lucharon por la independencia de Perú y México.
Rostros de personajes como Micaela Bastidas, Don José de San Martin y Simón Bolívar (por la parte de Perú), y Josefa Ortiz de Domínguez, don Miguel Hidalgo y Costilla y Vicente Guerrero (por el lado de México), se encuentran siendo homenajeados con este altar que es parte de la celebración del Bicentenario de Perú y México.
Es así como la Embajada de México en Perú se suma a las diversas conmemoraciones a mujeres y hombres que forjaron nuestra libertad, quienes con su vida construyeron patria y, con su muerte, nos dieron esperanza.
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La tradición del Día de Muertos
México es un país de tradiciones fuertes y mucha identidad cultural. La festividad de Día de Muertos es quizás la más importante de esa nación y lleva como raíces creencias y cosmovisión pre hispánica con influencia católica.
Los días 1 y 2 de noviembre, los hogares, cementerios, mercados y plazas de México se inundan con el aroma y el color de la Flor de Cempasúchil (de origen maya), también conocida como la flor de día de muertos, es la estrella y elemento principal infaltable en cada altar de muertos. Esta flor es un símbolo mexicano que crece en época de muertos.
«En estas fechas, en todos los hogares mexicanos se procura que haya una ofrenda, un altar de siete niveles en lo posible, rodeado de elementos como flores, incienso, pan, velas, bebidas, alimentos, dulces y mucho color. Según la creencia, los difuntos regresan, visitan a sus familiares y se sienten agradecidos de ver que los recuerdan y ofrecen sus alimentos favoritos», nos comentó Víctor Hugo Morales Meléndez, Embajador de México en Perú.
Xoloitzcuintle, el perro guía
Perteneciente a las razas de canes que carecen de pelo o lo poseen muy escazo, esta raza también tiene un gran valor histórico en México, ya que desde la época pre hispánica era compañero de los mexicas. En el imaginario de Día de Muertos, son los xoloescuincles quienes guían a las almas en su viaje hacia el Mictlán, inframundo de la cultura mexica, y forman parte del acompañamiento entre la vida y la muerte, por eso es muy importante colocarlos o representarlos en todo altar.
Una tradición para todos
Durante los días festivos, no solamente se brinda altares en las viviendas. Es costumbre que la gente visite los cementerios de Ciudad de México, llevando pan de muerto, velas, flores y fotografías de sus difuntos.
Además, se realizan ferias y pasacalles desde el 31 de octubre. Este año, se retomó la tradición de estos desfiles alegóricos, después de haber suspendido su realización en 2020 a causa de la pandemia por covi-19.
La festividad, la cercanía del pueblo mexicano a la muerte, se convierte en el marco y pretexto perfecto para la celebración de la vida. La celebración del Día de Muertos en México fue reconocida en 2003, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por la Unesco.
Reacción positiva
La reacción del público limeño ante la muestra del Altar del Bicentenario sobrepasó lo esperado y fue muy positiva. «Parece que existen varios puntos en común en el culto a los muertos entre Perú y México. Aquí también se realizan (ofrendas) en muchas comunidades, con diferentes características, pero muy cercanas a lo que se realiza en México», indicó Rafael Varón Gabai, director del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia Del Perú.
