En el tema de infraestructura, el gobierno debería aprovechar que está todo paralizado para invertir y anticiparse a los cambios que se vienen, generando empleo en estas épocas tan difíciles. Reestructurar infraestructura, remozar carreteras críticas, viabilizar una nueva carretera central, es una tarea largamente pendiente, con lo cual se pueda optimizar el tráfico y disminuir el costo logístico de abastecer Lima y que serviría para el trance de esta pandemia. Hacer mega hospitales, por cada macro región, fuerza con la que no contamos de momento. Acelerar la reconstrucción del norte, zona que quedará luego de este trance muy afectada, debe ser otro objetivo a trazar. Hay pues mucho qué hacer. Esta es más o menos la línea de pensamiento del empresariado turístico y que se esboza en el siguiente artículo.
Por Juan Stoessel _ Perú 21
Ingresamos a una nueva prórroga de la cuarentena, que confiamos permitirá aplanar la curva. En paralelo, se vienen implementando medidas para lo que será el largo proceso de reactivación. Propuestas que, estamos seguros, irán afinándose con la retroalimentación de los sectores empresariales más afectados.
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Si bien lo urgente e inmediato necesita ser atendido, sería un grave error limitar la planificación a un horizonte corto. Primero, porque la recuperación tomará tiempo. No será una carrera de 100 metros, sino de resistencia. Segundo, cuando volvamos a la “normalidad”, muchas cosas serán distintas que antes de la pandemia y debemos estar preparados.
Para el turismo, el sector más golpeado por esta crisis, cuando la emergencia se levante y reabran las fronteras (serán varios meses durísimos), empezará un nuevo desafío. Los estándares sanitarios serán más exigentes y el distanciamiento social, la norma. ¿Cómo adecuarnos, si en los aeropuertos regionales las pequeñas salas de embarque no permiten guardar distancia? ¿Y qué hay de Machu Picchu, con la aglomeración para subir a los buses que llevan a la ciudadela? Adaptamos nuestros destinos o quedaremos fuera.
Las potencias turísticas saldrán muy agresivas a recuperar mercado. La ventaja la tendrán los países que además de excelentes atractivos, tengan excelente infraestructura, nuestro talón de Aquiles. Por ello, necesitamos impulsar un ambicioso plan para construir aeropuertos, carreteras, teleféricos, adecuar puertos para recibir cruceros. El Gobierno debe incentivar la inversión en infraestructura.
Así generará empleo para ayudar a muchos peruanos que perderán el trabajo durante la pandemia, a la par que mejorará la competitividad del país. No esperemos a salir de la emergencia. ¡El futuro debemos planificarlo desde hoy!
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