Milagro en el terminal terrestre de Yerbateros. Precios de los pasajes volvieron a la normalidad después del alza de Semana Santa.
El Jueves Santo no fue un día en el que primara la piedad y el buen corazón en el terminal de Yerbateros (San Luis, Lima), al menos para los pasajeros que querían aprovechar los feriados para enrumbar hacia la Sierra o Selva Central. Y es que por esos vaivenes de la oferta y la demanda, el precio de los boletos se incrementó hasta en 200 por ciento.
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De nada sirvieron las quejas o plegarias de los indignados viajeros. Los transportistas no mostraron ningún propósito de enmienda y aferrados a los conceptos del libre mercado, mantuvieron sus elevadas tarifas. Ellos continuaron haciendo su agosto en este abril caluroso por obra y gracia de El Niño Costero y no del espíritu santo.
Pero como la oferta y demanda suele ser como un péndulo, hoy se hizo el milagro y los boletos disminuyeron considerablemente su valor; volviéndose a escuchar la casi perpetua letanía de los choferes y llenadores, respecto a que los precios de todos los días son muy bajos, casi un regalo por aquello de la libre competencia.
Explicados los argumentos y para no convertir esta nota en una especie de sermón de las tres horas, solo queda decir que el costo de los pasajes a Huancayo y Jauja, oscila entre los 10 y 15 soles. En el caso de Satipo, el precio fluctúa entre los 40 y 50 soles
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