Conozca a los luchadores medioambientales que recibieron el premio Goldman, galardón que es considerado como el Nobel Verde
Uno trabajó de manera encubierta para exponer la corrupción. Otro, a pesar del riesgo personal, luchó por sus derechos y el de su comunidad. Todos, al final, alzaron su voz o realizaron acciones contundentes para proteger al planeta. Esa persistencia y tenacidad los llevaría a ganar el Premio Ambiental Goldman 2017.
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A continuación presentamos las historias de los ganadores del llamado Nobel Verde:
Uroš Macerl (Eslovenia)
Agricultor orgánico y presidente de un grupo ecologista, durante más de 10 años luchó contra Lafarge, una de las compañías cementeras más grandes del planeta.
La empresa se apropió de una planta que desde hace 130 años operaba en Trbovlje, Eslovenia. Su legado era terrible para los pobladores locales: agua inutilizaba y suelo estéril.
Ante esa situación, Marcerl convocó a los agricultores, residentes y grupos locales de su comunidad. Organizados, lograron demostrar que desde la gestión de Lafarge los niveles de contaminación habían aumentado de manera considerable.
Al final, tras diversas protestas y manifestaciones, en 2015 se ordenó el cierre de la planta.
Prafulla Samantara (India)
En el estado de Odisha, India, hay un pueblo indígena de 8 000 años de antigüedad. Esta población habita en las colinas de Niyamgiri, una región boscosa rica en biodiversidad.
Durante muchos años, el pueblo estuvo en contra de la Odisha State Mining Company (OMC), compañía que en 2004 firmó un acuerdo para explotar en mineral llamado bauxita.
Por más de 12 años, Samantara lucho por los derechos de la comunidad. Él lograría que el pueblo indígena fuera escuchado y, además, presentaría una petición ante la Corte Suprema para detener el desarrollo de la mina.
En mayo de 2016, la Corte Suprema de India rechazó una petición de la OMC que buscaba revocar los votos del consejo y explotar la bauxita como una empresa individual.
Mark López (Estados Unidos)
El estadounidense Mark López, persuadió al estado de California de aprobar la suma de $176.6 millones para la prueba y limpieza de los hogares afectados por la compañía Exide, con sede en Georgia.
En el el 2000, la empresa se hizo cargo de una antigua planta de reciclaje de baterías en Los Ángeles, y aumentó el volumen de baterías procesadas, lo cual elevó los niveles de emisión de contaminantes, como el plomo y el arsénico.
Rodrigo Tot (Guatemala)
En Fénix, una compañía minera desalojó a las poblaciones indígenas de su territorio, para explotar níquel.
Para saber si la comunidad tenía derechos legales sobre el territorio, Tot, líder indígena en Agua Caliente, pasó años reuniendo evidencia sobre la validez de su propiedad.
En base a esa información, el Tribunal Constitucional de Guatemala ordenó al gobierno a emitir títulos de propiedad de tierras a la población de Agua Caliente en 2011.
La querella sigue en curso, igual que la lucha del líder indígena.
Rodrigue Mugaruka Katembo (República Democrática del Congo)
SOCO Internacional, una compañía petrolera británica, tenía un contrato con el Congo desde 2010 para explorar petróleo en un área que se extiende hasta el Parque Nacional Virunga, el más antiguo de África y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La compañía le ofreció dinero al guardaparque Mugaruka, para que dejara pasar por Virunga a los vehículos de la empresa, con el propósito de establecer una base de exploración de petróleo cercana al río.
A raíz de esta situación Mugaruka, junto al director del parque, decidió examinar las transacciones de la compañía. Él logró documentar evidencias sobre la corrupción de SOCO, sus contratistas y otros.
Tras obtener imágenes valiosas y presentar un documental en Netflix, la Iglesia de Inglaterra anunció en 2016 que retiraría su participación de 1,8 millones de dólares en la compañía. Meses después, SOCO renunciaría a su licencia petrolera.
Wendy Bowman (Australia)
Wendy Bowman combatió a una poderosa compañía minera multinacional, impidiéndole que se apoderara de su granja familiar y, de paso, protegiendo a su comunidad de la contaminación y la degradación ambiental.
La compañía había afectado a casi dos tercios de Hunter Valley en Nueva Gales del Sur, Australia, donde las concesionarias producen 145 millones de toneladas de carbón al año.
Esto originó que innumerables propietarios se mudaran sin poder protestar. Quienes se quedaban tenían que convivir con el polvo del carbón en sus hogares, tierras de cultivo y fuentes de agua. Todo esto afectaba sus estados de salud.
El espíritu de lucha de esta mujer octogenaria, lograría revertir la situación ambiental que afectaba a su pueblo.
El dato
* La peruana Máxima Acuña obtuvo este galardón el año pasado por ‘defender su derecho de vivir pacíficamente en su propiedad¿. Ella hizo frente a Yanacocha, una de las empresas mineras más importantes de Sudamérica y la segunda a nivel mundial.
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