¿Quieres conocer uno de los lugares más bellos del Perú? ¿Te gustan las caminatas y los campamentos? Entonces, tu próxima aventura está en Yauyos, en la sierra de Lima, donde existe muchísima belleza escénica.
Yauyos, la perla cordillerana entre Lima y Junín, es un valor al alza. Acariciado por lagunas y mitos y repleta de montañas nevadas, este paraje es cada vez más el punto clave del turismo al este de Lima. Viajar por sus idílicos pueblitos es cada vez más accesible y las posibilidades de que la ruta sea una opción para realizar paradas y visitar otros atractivos en el camino no se debería pasar por alto.
Yauyos es tierra de calabazas y también el lugar que atesora la Reserva Paisajística Nor Yauyos-Cochas. Sus parajes son propicios para el turismo de aventura, el ciclismo de montaña, la pesca deportiva, la caminata, el camping, el canotaje, la cabalgata, la escalada en roca, el safari fotográfico, y todo lo que su imaginación elija, claro, sin alterar el ecosistema ni desdibujar el paisaje.
MÁS RUMBOS:
Camino Inca
Uno de los primeros lugares a conocer es Huantán, un distrito famoso por sus quesos y el duelo a muerte entre danzas y matachines, una estampa folclórica de características épicas que se remonta a las tradiciones más antiguas de las comarcas yauyinas. La creencia dice que si ganan los danzas habrá buena cosecha de oca, y si los vencedores son los matachines, entonces habrá papa en abundancia. Y si no hay vencidos ni vencedores, ese año pasarán penurias.
Camino a Carania, es frecuente ver al cóndor andino desafiar en el cielo las corrientes de aire, y miles de andenes en excelente estado de conservación. Se trata de un laboratorio de tubérculos y granos que es parte del patrimonio cultural vivo de la sierra limeña. Y desde el pueblo de Carania se puede ir por un camino empedrado rumbo a Huamanmarca, el gran Camino Inca, que con irresistible tranquilidad nos lleva por los prodigiosos andenes dotados de un perfecto sistema hidráulico y a admirar el imponente sitio administrativo inca que, al parecer, habría sido la capital de la provincia que en un inicio se llamó Yawyo.
Y si hay un pueblo que vive encima de sus ríos, ese es Laraos. Aquí sus hombres mueven la tierra con las ancestrales chaquitacllas. Luego es interesante ir al abrigo rocoso de Quillcasca (4,375 msnm) donde se aprecia un extraordinario cuadro de pinturas rupestres con escenas de la vida ganadera primitiva.
En Laraos está también la caverna de Sima Pumacocha, la más profunda de Sudamérica con un desnivel vertical de 638 metros (150 metros más profunda que la Gruta Centenario de Brasil). Y también la cueva más alta del mundo (a 4,930 msnm) llamada Qaqa Mach’ay que tiene una profundidad de 125 metros.
Pueblo abandonado
Ahora los predios de Alis nos esperan con sus 70 hectáreas de lloque (Kageneckia lanceolata), especie considerada en peligro crítico de extinción. El Lloque es el árbol que da origen a la chaquitaclla y crece sobre los andenes abandonados. Ingresar por el cañón de Uchco es ver pasar los bucles blancos del río Alis y la tentación de abrigarse con los finos ponchos, frazadas, chalinas, mantas y chullos que artesanalmente confeccionan los pobladores.
Por esta misma ruta nos lleva hasta el distrito de Tomas, y de ser preciso al Apu Caja Real para ver manadas de vicuñas en las alturas de Amaru Pampa (4,300 msnm) que ha sido cercada por la comunidad, además del repoblamiento de alpacas traídas desde Puno con el fondo rotatorio que otorga el Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos. En el camino es fácil toparse con las llamas, habitante ineludible de la serranía yauyina.
Otro de los distritos es Miraflores, conocido por la ciudad prehispánica de Huaquis abandonada hace 150 años, y por la perpetuidad del cañón de Pongo, donde se imponen unos árboles raros conocidos como las “barbas del diablo”. Más adelante está Piquecocha, laguna que fue propuesta como centro experimental de pesca deportiva en el Perú. Sólo al subir el cerro Pircapata, se puede ver el valle de Pacaya con sus andenes, bosques de queñuales y de puyas, así como la memoria preinca de Vitis encarnadas en ilustres vestigios llamados Cochasguasi y Huayllugina.
Lagunas de encanto
Así llegamos a Huancaya (ubicada a los pies del cerro Huallahuacrán) donde los hombres picapedreros tallan los cantos rodados para levantar sus casas y lucir sus calles, y abajo, en el río Cañete, una cadena de cascadas y lagunas se estiran desplegando unos espectaculares matices que forman parte de la inspiración de pinceles y lienzos. Sobre el río se atraviesan puentes coloniales de piedra y por su celestial paisaje, los visitantes prefieren acampar para estar más cerca de las estrellas y de la naturaleza misma.
Si se sigue río arriba, a unos 10 kilómetros se encuentra el casi abandonado pueblo de Vilca, pues fueron ellos los que más sufrieron durante la época del terrorismo. Por eso emigraron hacia las alturas hasta convertirse en excelentes ganaderos. Ellos producen semanalmente más de mil kilos de queso.
Sin embargo, a lado del pueblo hay unas espléndidas lagunas y más adelante el bosque de karkac (Escallonia corymbosa) que ha crecido sobre la roca calcárea del río Cañete. Los lugareños lo llaman el Bosque del Amor, porque no hay joven que no se enamore entre sus sombras idílicas.
Pero lo que muy pocos saben es que el río Cañete tiene un tramo de 7 kilómetros de curso subterráneo. Lo sorprendente es que antes de desaparecer (a 11 kilómetros de Tanta), tiene un tono cristalino y a su salida (en los lugares de Huicomachay y Pachachaca, en Vilca) toma el color turquesa. De manera que aquí encontramos el origen de la pureza de una cuenca que encarna vida, color y pasión a los andariegos que suelen frecuentarla. Yauyos es un buen punto para sentirse más orgulloso de ser peruano. Buen viaje.
En rumbo
Tener el título de Reserva Paisajística no es sencillo. De todos los impresionantes sitios turísticos que hay en el país, Nor Yauyos Cochas, ubicada entre Lima y Junín, fue la primera que obtuvo este reconocimiento y no se necesita una estadía extensa para darse cuenta por qué.
No olvidar: llanta de repuesto, linterna, agua, bastón de trekking, casaca impermeable y polar, botas para trekking, lentes con protección UV, pastillas para el mal de altura, equipo de camping de montaña (no de playa). Recuerde llenar el tanque de su vehículo ya que es difícil encontrar combustible. Solo hay uno a la entrada de Llapay, y otro en Tinco, cerca de Alis.
En auto propio: Revisa luces, parabrisas, tracción, frenos, etc. Toma la Panamericana Sur y ve hasta San Vicente de Cañete y luego hay que tomar el desvío hacia Yauyos. Tiempo estimado de viaje: 6 horas hasta allí.
En bus: Diríjase al terminal de Yerbateros o Plaza Norte. Las empresas San Juan de Yauyos y Nova Express lo llevan por S/25 soles. Tiempo estimado de viaje: De 7 a 8 horas. Desde Cañete también salen cústers cada hora.
La previa: En Lunahuaná se puede hacer una parada para almorzar a la vera de un río o realizar deportes de aventura como canotaje. De ser posible, pasa la noche en un hotel o acampa y sal al otro día muy temprano para emprender la subida hacia Yauyos.
Dónde comer en Lunahuaná: Mi Rosedal, El Buen Horno, Valle Hermoso Piscuy y el Piscopollo.
Dónde alojarse en Lunahuaná: San Jerónimo River Lodge, Los Palomos, El Molle Hotel Campestre, Refugio Santiago Eco Lodge.
¿Cómo llegar?
Si viaja en auto propio, llegue a San Vicente de Cañete (kilómetro 144 de la Panamericana Sur), tome un desvío a la izquierda hacia Imperial, para luego pasar por Lunahuaná y continuar por la vía hasta la altura del kilómetro 135, lugar denominado Magdalena del Río, donde hay un desvío a la izquierda que lleva al pueblo de Yauyos (9 km) o seguir por orilla del río Cañete hacia la Reserva Paisajista Nor Yauyos-Cocha. En San Vicente y en Imperial hay camionetas tipo van que se dirigen a Yauyos. De Yauyos hay colectivos al interior de sus distritos.
¿Dónde hospedarse?
Los pueblos de Yauyos han acondicionado alojamientos, posadas y albergues:
En Huancaya: Posada María Jesús (980 874-311). Habitaciones entre 40 y 60 soles. . Cuenta con habitaciones con baño privado y compartido. Plaza Jorge Chávez s/n. En Huancaya, Hospedaje Don Pedrito (también es restaurante). Hostal Brisas de Mayo. Todos tienen agua caliente.
En Laraos: Hotel Municipal de Yauyos, frente a la laguna de Cochapampa.
En Vilca, existe un albergue municipal y puedes encontrar hospedaje en Miraflores, Laraos y Huancaya existen varios hospedajes.
En Huancaya se ha destinado una zona de camping (sin costo) pasando el puente colonial, junto a la ribera izquierda del río Cañete. En Vilca, existe otro paraje, en la parte alta del pueblo, donde se puede acampar en medio de un bosquecillo de eucaliptos.
¿Qúe comer?
Como todos los pueblos se asientan a orillas del río, son infaltables las truchas fritas o ahumadas. Pero hay otros potajes: pachamanca, caldo de cordero, patasca, queso con papas, carnero al palo, bistec de alpaca, sopa de queso y leche, mazamorra de ortiga y de oca. Entre las bebidas destaca el “chamis” o “quemadito”, una combinación de hierbas con canela, limón y aguardiente.
Dónde comer en Huancaya: Mercado Central de Laraos. En Llapay: restaurantes Melina y Valentina. Ambos también brindan hospedaje. En el lugar hay una tienda donde puede abastecerse de productos si va a acampar.
¿Qué hacer?
Pesca, bicicleta de montaña, trekking, turismo vivencial, visita a sitios arqueológicos, paseos en bote, fotografía, campamentos al pie de lagunas. También puede atravesar cañones, recorrer caminos incas y centros arqueológicos, así como bosques de puyas Raimondi donde solo escuchará el silbido del viento y el trino de los pájaros. La fiesta la ponen los residentes del lugar con sus danzas alrededor de fogatas. De todo como para escoger.
Clima: En el día se eleva por encima de los 20° C, cuando está soleado, y en la noche desciende a 10° C.
Altura: varía entre los 2,000 msnm y los 5,000 msnm.
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